sábado, 12 de mayo de 2012

Soledad...





“La soledad se admira y desea cuando no se sufre, pero la necesidad humana de compartir cosas es evidente.” 

Carmen Martín Gaite

Quisiera dormir y no despertar más, dormir y dejar de sentir todo esto. Cerrar mis ojos e imaginar un mundo fantástico en donde sólo estamos tú y yo.

Sentir el cálido rose de tú mano sobre mi rostro y el hermoso tono de tú voz cuando me dices cuanto me esperaste. Que aunque tú espera no fue tan atormentante como la mía, fue realmente significativa para que estemos juntos.

Pero el sueño se vuelve una pesadilla sueltas mis mano y te desvaneces, me derrumbo una vez más, aunque está vez ya no lloro, simplemente me abrazo a mí misma, ya no quiero levantarme, tengo miedo de perderme entre la desesperanza y la soledad. Tengo miedo de abrir los ojos de nuevo y descubrir una vez más que tú ya no estás. Has sido de nuevo un espejismo en este desierto de desesperación eres una burla a mis deseos que ansían tú llegada.

Intento ponerme de pie pero he perdido las fuerzas, pienso que ya no vale la pena seguir luchando. Sólo quiero que el dolor me domine por completo y me destruya de una vez por todas. Me había prometido a mi misma que no volvería a llorar, que sería fuerte el tiempo que fuese necesario, ¿Pero sabes? Mi tiempo no es eterno.

Entonces una vez más una lágrima rueda por mi mejilla, quisiera sacarla pero prefiero no moverme. Tengo miedo de que la soledad me encuentre y me atrape de nuevo. Prefiero quedarme aquí tirada, lejos de donde puedan verme, lejos de todo y de todos. Pero no lejos de ti. ¿Cómo puedes permitir que esto me suceda? ¿Eres tan egoísta que no te das cuenta que no puedo luchar sola? ¿O acaso eres cobarde?
Mi corazón se rompe una vez más al sentir tú lejanía. Quisiera gritar cuanto te odio por no ayudarme a luchar, pero no lo hago la soledad sigue acechándome.

Y cuando pienso que he recobrado las fuerzas necesarias para sostenerme en pie, escucho como alguien se acerca me apresuró al pensar que eres tú. Que tonta he sido al pensar eso, me he topado con una gran sorpresa... La soledad me ha atrapado. Me toma entre sus brazos, yo intento liberarme pero estoy débil. Vaya soledad tan inteligente ha elegido el momento perfecto para asecharme y ahora me tiene bajo su dominio. Dejó de luchar y cierro los ojos una vez más...

Betzaida Santiago

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